lunes, 22 de noviembre de 2010

A falta de brillo, fútbol rentable Ecija-Murcia (0-2)

El Murcia saca los tres puntos de Écija en un campo penoso y pese a acabar con uno menos El Murcia vence al Écija (0-2) en un partido 'de pico y pala' y se queda a un punto del líder
JOSÉ OTÓN ENVIADO ESPECIAL.-/ La Verdad
El Real Murcia de Iñaki Alonso tenía ayer una oportunidad de oro para despejar dudas y volver a la liga, su hábitat natural esta temporada y su prioridad número uno. Porque lo de la Copa fue un premio que ya pasó y que alejó al equipo de la realidad durante quince días y lo sumió en un sueño que le privó de cinco de los últimos seis puntos en juego en la liga. Ayer era el momento de reafirmar intenciones, de dar un golpe en la mesa y de volver a demostrarse a sí mismo y a los demás que es el mejor equipo de este grupo de Segunda B. Y el que quiere subir por la vía rápida.

Iñaki Alonso buscó reactivar su última alineación en liga con la entrada de Mario Marín, Gotor y Álvaro Cámara en el once titular. Curiosamente, tres jugadores que la pasada temporada jugaron en el San Pablo con el Imperial y el Granada respectivamente. Y la jugada al técnico vasco le salió bien. Colocó un 4-1-4-1 con Álvaro Cámara por delante de los centrales y con una línea con Cañadas, Albiol, Richi y Pedro por detrás de Chando, el jugador grana más adelantado. El objetivo de partida era tener el balón lejos de la portería de Alberto. Y tener sobre el maltrecho césped de San Pablo un 'once' con muchas 'tablas' en Segunda B con jugadores como Cañadas, Cámara o Mario Marín.
El partido empezó con malas noticias para el equipo murciano. Mario Marín veía tarjeta amarilla en el primer minuto por estorbar en el saque de una falta. La tarjeta contribuyó a que el canterano andara algo nervioso en los primeros minutos. A los inicios de dominio del Écija se impuso el Real Murcia robando el balón. Hasta que llegó el gol de Cañadas tras botar una falta. El jugador murciano se lo puso al palo próximo a Ramón, que se vio perjudicado por el extraño bote del balón. El equipo grana llegaba y sólo faltaba un chispazo para que la conexión Pedro-Chando hiciera el segundo gol.
Además, Richi recuperaba el balón en el centro del campo y oxigenaba a su equipo. Pero el Écija también necesitaba ganar y dio un paso adelante. Plata tuvo dos ocasiones claras con dos disparos que salieron por encima del larguero de Alberto, fruto del juego directo de los ecijanos. No todo era color de rosa y Óscar Sánchez vio tarjeta amarilla por continuar jugando un balón cuando el árbitro ya había pitado. Iñaki tenía en el minuto treinta de partido a sus dos laterales con tarjeta amarilla. De ahí hasta el final de la primera parte el Real Murcia volvió a tomar el mando y sólo se veía acosado con el juego directo del Écija. En la segunda parte el equipo grana necesitaba dar un paso más y matar el partido para evitar sustos como el de Ceuta.
Más laborioso que brillante
Porque el mayor enemigo para el Real Murcia puede ser la complacencia, acomodarse ante una situación que es mejorable, a un juego al que todavía no le ha sacado brillo. Porque el Real Murcia de Iñaki Alonso es un equipo efectivo, aplicado, cargado de buen ambiente pero no brillante. Negar que el equipo grana necesita más posesión y alma en el centro del campo, más pegada arriba y algo más de contundencia en defensa sería negar la realidad y creerse cosas que no son. Este Real Murcia es mejorable a pesar de los puntos conseguidos y la gran actuación en la Copa. Ayer el campo no permitía el 'jogo bonito' y demandaba más el pico y la pala, el mono de trabajo y la contundencia arriba necesaria para salir del infierno de la segunda B.
El Real Murcia tuvo controlado el partido en los primeros veinte minutos de la segunda parte. El juego no era tan físico y comenzaron a aparecer los espacios en ambos equipos. El Real Murcia llegaba con peligro pero el Écija también. La entrada de Abraham por Richi le dio profundidad al equipo grana, pero le restó posesión. Eso sí, aparecieron las ocasiones claras. La primera de Abraham tras pase de Albiol. La segunda dos minutos después en las botas de Chando, que debió pecar de individualista y pegarle a portería y no buscar a un compañero en el centro del área. Pero el Écija estaba tan cerca del gol como el Real Murcia. La ocasión más clara de la segunda parte llegó con dos disparos seguidos del Écija que atajó espectacularmente Alberto. Al Real Murcia le tocaba sufrir y apelar a la heroica. Iñaki Alonso quitó a Cañadas y metió a Góngora y un minuto después Mario Marín se iba a la calle. El cambio de Carles por Chando era la confirmación definitiva de que el Real Murcia iba a combatir en la trinchera.
Y se defendió con orgullo y casta. Intentado matar el partido con la velocidad de Abraham y Góngora y no encerrándose atrás en un claro suicidio colectivo. No era el día del Real Murcia pero necesitaba los tres puntos a pesar de jugar con un jugador menos durante los últimos quince minutos. Con solo Pedro por delante del centro del campo, el árbitro no quiso ver un penalti sobre Abraham a diez minutos del final. Y entonces llegó la parada de Alberto, la carrera de Abraham y el golazo de Pedro, a medias con su compañero. El mérito de los tres partícipes de la jugada. Y del resto del equipo, que resistió con entereza el combate cuerpo a cuerpo.

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