martes, 10 de marzo de 2009

El Villarreal es el primer equipo español en pasar la eliminatoria gracias a los goles de Ibagaza y Joseba Llorente (1-2)

Colpisa/La Verdad
El Villarreal hizo trizas la maldición que caía sobre los conjuntos españoles, incapaces de derrotar al Panathinaikos en su feudo, y derrotó a los griegos en un partido muy espeso y táctico que se decantó del lado 'amarillo' por su mayor calidad. Liderados por un excepcional Ibagaza y un resolutivo Llorente, los de Pellegrini se cuelan por segunda vez en su historia en los cuartos de final de la 'Champions'.
El 'submarino amarillo' ni supo ni pudo desenvolverse en la maraña tejida por el Panathinaikos durante casi todo el partido. El conjunto heleno planteó el partido que le convenía y el conjunto de La Plana no fue capaz de sobreponerse. Los locales salieron con las líneas más adelantadas de lo esperado, lo que sorprendió a los de Pellegrini. En los primeros minutos de desconcierto, los griegos tuvieron el control del esférico y no dejaban a los españoles triangular ni acercarse al área rival. Karagounis monopolizaba el ataque local y ni Fuentes ni Godín conseguían neutralizarle.
Poco a poco el Villarreal se desperezó y se hizo dueño de la pelota. Sin embargo, los asaltos de los 'amarillos' se estrellaban una y otra vez ante la muralla ateniense. Cazorla caía al centro del campo para entrar en contacto con el balón y desde allí organizar a los suyos. Ibagaza, la conexión con Rossi y Nihat, estaba perdido ahogado entre tantos jugadores helenos. El ritmo era muy lento, en parte por el mérito del entramado defensivo programado por Ten Cate, pero también por la falta de ideas en las filas del Villarreal, que tardó en tirar a puerta 20 minutos. Eso sí, un lanzamiento lejano de Nihat desde fuera del área.
El encuentro era muy trabado, la imaginación de Ibagaza se difuminó al igual que los regates de Cazorla. Senna y Eguren dominaban la línea medular pero sin rapidez en el desplazamiento del esférico. Los jugadores del Villarreal cayeron en la anestesia griega. El juego era muy plano y los arreones locales eran tan escasos como peligrosos. Diego López tuvo que sacar una buena mano a una falta lanzada por Karagounis. Por si la cosa no estaba complicada, el árbitro se encargó de abortar un gol legal de Ibagaza por una inexistente falta de Rossi. A renglón seguido, Diego López se lució a un buen tiro de Mantzios. El ariete del Panathinaikos fue una constante pesadilla para la zaga española.
Ibagaza se destapa
Pellegrini dio entrada a Llorente en la segunda mitad en lugar de Nihat, inédito en el encuentro. Con la entrada del Guipuzcoano, el Villarreal buscaba más altura y potencia en las jugadas a balón parado, única manera de crear peligro. Además, el delantero vasco era un seguro para aguantar la pelota de espaldas a la portería a la espera de la llegada de sus compañeros. En una de las pocas internadas de Capedvila por la banda izquierda, centró raso a la frontal e Ibagaza con la izquierda adelantó al Villarreal.
Parecía que lo más difícil estaba hecho: abrir una brecha en sólido muro heleno. Pero el Panathinaikos, alentado por su público, encerró al 'submarino amarillo' en su campo a base de fuerza y convicción, no de juego. Mantzios de un espléndido cabezazo logró el empate tras un córner, llevando la alegría y las bengalas a las gradas del Olímpico de Atenas. La maldición de los conjuntos españoles acechaba a los de La Plana. Los griegos estaban envalentonados. Fue entonces cuando apareció la magia de Ibagaza.
El argentino construyó una contra que resultó mortal. 'El caño' dio un pase sensacional a Llorente, que el ariete no perdonó. Con el 1-2 los locales intentaron la épica, pero sin fútbol en sus botas no les sirvió de nada. El Villarreal ya está entre los ocho mejores de Europa.

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